«La ley es de naturaleza moral. En efecto, la sociedad jurídica y el estado se esfuerzan por una menor regulación y coerción, teniendo la ley dentro de sí misma y guiándose por ella, no por la letra externa, sino por la conciencia de su naturaleza interna, su origen digno, las cualidades de la personalidad y el estándar de vida inherente al hombre».
«El pueblo es la fuente del poder y de todas las reglas para servirle».
«¡Desarrolle tribunales justos, instituciones fuertes, sociedad civil, cultura legal! Cuide la riqueza y la fuerza principales del estado: el hombre, sus derechos y libertades como valores principales, trátelo como un recurso valioso y capital humano. Cuídalo, no dejes que se convierta en alguien que ya no tiene sentido defender los derechos, que no tiene nada que perder, nada que ofrecer y no tiene a dónde ir».
«La profesión jurídica no es sólo el conocimiento del derecho. Conociendo el derecho, sus orígenes, conociendo su propósito, desarrolla la capacidad de armisticio, de creación, de negociar sin haber sido derrotado por la ilegalidad y la aparente injusticia. El abogado vence a la privación de derechos preservándose a sí mismo como persona, dando un ejemplo de compromiso interno con la justicia, la prudencia, la razón, la ley».
«El desconocimiento de la ley no exime de responsabilidad, pero será más legítimo el sentido común».
«En las sentencias judiciales, en materia de culpa y responsabilidad, es importante correlacionar y evaluar: ¿el acto imputado уы un delito, un incumplimiento de la conducta debida y prescrita o un derecho y una libertad? Solo entonces la sentencia y el poder judicial seguirán su propósito y el juicio será justo».
Ilyas Adilbayev.